martes, 6 de enero de 2009

Masajes para espalda



Buenos masajes para la espalda



Entre los muchos beneficios del masaje se incluyen la relajación, el control del stress, el balance postural, un aumento de consciencia del propio cuerpo y de confort emocional, mayor circulación y drenaje linfático para la liberación de toxinas.


- El aceite de masajes se suele usar para disminuir la fricción creada sobre la piel y para prevenir tirones de pelo. Cuanto menor sea la humectación, mayor la fricción y más profunda la presión.


- Mantenga el contacto con la piel al pasar de un área a otra con un suave golpeteo o la presión delicada de las palmas abiertas, para comprobar si en verdad los músculos están más relajados y para no producir ansiedad en quien recibe el masaje al dejar de sentirle.


Es mejor hablar poco o no hacerlo en absoluto, para crear un clima de tranquilidad y descanso.


- Utilice movimientos lentos para una respuesta calma y relajante, y movimientos más rápidos para un efecto estimulante.


- No ponga presión directa sobre la columna, y evite cualquier grieta o daño en la piel, tal como heridas, raspaduras, áreas de posible infección o moretones.


Un vez claro todo lo anterior:


1. Haga que la persona que recibirá el masaje se recueste sobre su estómago sobre una superficie firme y confortable, tal como una colchoneta en el suelo o una cama firme.


Asegúrese de que puede alcanzar toda su espalda sin estropear la propia. De ser posible, utilice una almohadilla o una toalla pequeña enrollada bajo la frente del receptor para mantener el cuello en buena alineación con el resto de la columna, sin impedir una fácil respiración.


2. Párese o arrodíllese a su lado. Coloque una mano sobre la base de la espalda y una mano entre los omóplatos, aproximadamente a la altura del corazón.


3. Caliente la espalda aplicando presión de pulgares a lo largo de ambos lados de la columna simultáneamente. Comience por la base de la espalda y avance suavemente con sus dedos hacia el área del cuello. Esto también promoverá la relajación.


4. Utilice un golpecito suave y delicado (llamado "effleurage") para aplicar aceite de masajes. En un sólo movimiento largo y con un poco de presión, resbale sus palmas abiertas hacia abajo a ambos lados de la columna hasta su base.


Retírelas a la altura de las caderas y regrese a ambos lados de los hombros, repitiendo este movimiento dos o tres veces.


Mantenga contacto con la espalda, como ya hemos dicho, deslizando sus manos hacia una nueva área.


5. Continúe a ambos lados del cuello hasta la base de la cabeza, haciendo pequeños círculos sobre la piel con los dedos, para ayudar a relajar también esta delicada zona.


6. Comience en la columna y deslice sus palmas en direcciones opuestas hacia los lados del cuerpo, empezando por la zona baja de la espalda y avanzando hacia los hombros.


7. Amase las áreas musculares que se encuentran arriba de los hombros, el centro de la espalda y el inicio de las nalgas para aflojar los músculos tensos.


8. Utilice sus pulgares o dedos para aplicar presión a las áreas que se sientan duras o apretadas, que suelen ser llamadas "nudos".


9. Realice una fricción circular en el sentido del reloj con las puntas de sus dedos a lo largo de los músculos que se encuentran cerca de la columna y alrededor de los omóplatos.


10. Rote los brazos delicadamente, uno cada vez, para aflojar las articulaciones y mejorar el flujo sanguíneo.

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